Virtudes de Marie Poussepin



VIRTUDES DE MARIE POUSSEPIN

“Lo que se hereda no se hurta”, dice el refrán. Esto confirma que hemos recibido valores, cualidades, actitudes, virtudes, que nos han dejado en herencia nuestros antepasados, sobre todo nuestros padres. Con el acopio de la herencia y con el impacto del ejemplo, nuestros padres han marcado nuestra persona, nuestra vida.

Así ocurrió en la persona de Marie Poussepin: la lealtad, la honradez, el espíritu de trabajo, la
Fe traducida en actos de caridad que pudo conocer y practicar en su familia, dieron fruto en su vida y en su obra.

Cuando nosotros admiramos una rosa, aspiramos  su fragancia,
palpamos la tersura de sus pétalos, exhalamos su perfume, contemplamos  su hermosura delicada y sencilla, nos sentimos
absortos ante el reflejo de los dones divinos en una creatura.
Las virtudes son esos dones que el Señor ha puesto en nosotros
y que, con nuestro esfuerzo para responder a esos regalos divinos y con la acción de su gracia, hacemos fructificar al 30 ,
al 50, al 100 por uno.

v  Admirando la rosa que se llamó Marie Poussepin ,
encontramos un pétalo que da fuerza a todos los otros: es su







                                                                            Fe inquebrantable


Una Fe que no decayó ante las dificultades,las incomprensiones, las largas esperas. La Fe que produce en ella una gran confianza en la providencia de Dios. Una Fe fundamentada en la vivencia de su bautismo, centrada en la persona de Jesús. Su anhelo profundo era conocerlo más y más, amarlo sobre todas las cosas y llevarlo dondequiera para hacerlo conocer y amar por los demás


v  Otro pétalo  que  le  da  toda  su  fragancia   es  la    Caridad

Como dice S. Pablo: ”la Fe se ejercita  por la caridad”                            
(Gal.5,6) y “la Fe sin las obras está muerta”. Las obras de caridad y la Obra (su Congregación) de Marie Poussepin, quien se consideraba “obrera de la Providencia”, manifiestan claramente la autenticidad de su vida cristiana.

Los contemporáneos de Marie Poussepin atestiguaron: “Era una dama de gran caridad”. Esa caridad que la llevó a servir a los más necesitados, floreció en primer lugar, al interior de su comunidad. Por eso, su gran recomendación: “La caridad debe ser el alma de la comunidad”. La caridad resplandecía en su semblante, en sus actitudes, de ahí la bondad que percibían quienes a ella se acercaban.

v  San Pablo hace el elogio del verdadero amor diciendo:”el amor es paciente  es servicial
 no es egoísta, se alegra con la verdad. Todo lo excusa, todo lo espera, todo lo soporta..”(Cor.13)
       
 El amor es humilde.    




El rostro de Marie Poussepin nos revela…

       humildad   y   sencillez


Este es otro pétalo muy perfumado de esta alma que buscó asemejarse a Jesucristo el “manso y humilde de corazón”. Ella lo confesó en una de sus cartas: “He querido permanecer en una gran sencillez”.


v  San Pablo nos dice : “el amor se alegra con  
                                                                                la Verdad”
                     
La contemplación del amor infinito hizo que Marie Poussepin se enamorase de la
 Verdad, por eso ella escogió la vida dominicana cuyo lema es la VERDAD.
De ahí  la frase esculpida en su tumba: “Ella vió lo que era recto a los ojos de Dios y lo cumplió”.

Humildad, Sencillez y Verdad se unen para dar una transparencia atrayente que nos la presenta como “ La humilde, piadosa y caritativa Marie Poussepin”.




Esta es la rosa que expide suave fragancia. Estas son las virtudes que encierran muchas otras: prudencia, equilibrio, justicia, paz… y que nos  hacen constatar cómo la presencia de Dios invadió su alma, su persona, su actuar… Ella era la tienda donde Dios habitaba, era la vivencia del momento presente que le enseñaba a vivir acorde con la voluntad de Dios, irradiando paz y amor.
Su vida era servicio de  amor,

es decir: un servicio de caridad…



Hna. Mary Plata Cordero O.p 

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